Comienza junio dando paso a la quinta semana del #twinmooc. Casi parece mentira que ya haya pasado un mes desde el comienzo... Están siendo unos días muy intensos aprendiendo sobre el programa eTwining y llenos de intercambios de ideas en los foros del curso y en las redes sociales. Ha conseguido poner en contacto a un buen número de docentes con muchas ganas de trabajar por proyectos a través de esta plataforma europea. Y esto me hace reflexionar... |
Y es que, cuando escucho o leo diálogos derrotistas sobre cómo está la educación y lo difícil que es cambiarla, los reveses que sufre procedentes de una u otra dirección, me acuerdo de cursos como este, de la cantidad de docentes que trabajan para sacarlos adelante y de la gran acogida que tienen entre los participantes. Me acuerdo de los grandísimos proyectos y de las ganas de trabajar que se respiran al leer los comentarios de unos y otros participantes. Me acuerdo de la ilusión, el cuidado y el esmero que se pone al realizar las tareas, al planear cómo se llevarán a cabo...
Ante esa imagen es imposible caer en el derrotismo: ¡no señor!! Es cierto que nuestro sistema educativo necesita un cambio y que, como se escucha muchas veces, el sistema educativo (mundial) todavía parece estar al servicio de la revolución industrial iniciada en el siglo XIX . A lo sumo, podría decirse que ha continuado plegándose a otra serie de revoluciones económicas, bancarias, bursátiles y mercantiles. Todas ellas, una a una, han hecho que la educación se convierta en un peldaño más de la sociedad mercantilista en la que nos encontramos. Lamentablemente, hay momentos en los que éste parece ser cada vez más alarmante hasta tal punto que, a veces, parece que ya no importa la calidad sino el número de alumnos que se consigan y para ello se emplean todo tipo de ardides publicitarios...
Es cierto que los ejes que mueven nuestra sociedad son el poder, el dinero, la exclusividad e, incluso, añadiría, un "avance inmóvil", entendido este como un avance tecnológico que ha de seguir las pautas marcadas por la sociedad. O sea, un avance que permita más dinero, más poder y más exclusividad.
Ante estos esquemas, la dificultad con la que se encuentran quienes desean cambiarlos es mayúcula. No hay más que acudir a cualquier centro y ver las metodologías que más prosperan entre el profesorado y ver lo que tienen que "luchar", demostrar y defender aquellos que buscan implantar un método que difiera de los cánones más establecidos. Entonces... ¿qué hacemos?
Ya dije un día que eTwinning se presenta como nuestra tabla de salvación. Y todos los docentes con los que he coincidido en este #twinmooc me han ido demostrando día a día que así es.
A mí me educaron en la creencia de que el cambio empieza por uno mismo y que un docente puede cambiar vidas. Desde nuestras aulas, a través de eTwinning, podemos ser los motores de ese cambio. No necesitamos esperar a que venga desde arriba: podemos propiciarlo con nuestro trabajo, nuestro esfuerzo, nuestra ilusión y nuestras ganas.
Los #twincafé de la semana pasada demuestran que cada vez son más los docentes que se animan a trabajar a través de una metodología por proyectos con la que se busca el contacto con la realidad al tiempo que el alumno se convierte en centro de su aprendizaje, se le devuelve la voz y se le otorga capacidad de decisión: se le anima a buscar soluciones creativas.
Es cierto que, durante el twinmaratón al comienzo del #twinmooc, se nos advertía sobre la posibilidad de que, al principio, algunos compañeros puedan ver con recelo esta nueva metodología. Pero también se nos decía como, poco a poco, a medida que ven los resultados, se van sumando y el número de adeptos crece.
Desde el escepticismo se puede argumentar que cuando estas generaciones de alumnos educadas en esta nueva metodología entren en la "sociedad real" acabarán asimilándose a los valores antes mencionados. Y no lo niego. Es una posibilidad que se acerca a lo muy probable, estoy de acuerdo: el desierto no se convierte en un vergel sembrando unas pocas semillas. Pero...
cuando esas pocas semillas se vayan multiplicando (se vayan eTwinneando), y comiencen a recibir agua y cuidados... ese desierto, con paciencia, podrá convertirse en
un paisaje lleno de color y diversidad...
Es cierto que algunos se lamentan ante la aparición de cierto tipo de exámenes que parecieran empujar hacia otro tipo de enseñanza. Pero no es así: somos nosotros en nuestras clases los que decidimos cómo preparamos a nuestros alumnos para esos exámenes y, lo que es más importante, para la vida. Y la metodología subyacente a eTwinnning es perfectamente válida para ello, independientemente de la tarea final que espere a nuestros alumnos al concluir el curso.
Quizá sea una soñadora o una ilusa (o ambas), pero, desde mi pequeño rinconcito en una escuela pequeña, de una comunidad también minúscula (que nadie se ofenda, que lo digo desde el cariño), seguiré creyendo en la filosofía de cierto cuento (aquí) que hace poco recordaba en un curso un buen amigo y que, aunque no es nuevo, hace falta releer de vez en cuando para recuperar la ilusión y mantener vivo el verdadero espíritu de la docencia.
Este twinmooc,
venido como llovido del cielo,
ha supuesto un nuevo baño de ilusión
y de fortalecimiento
del espíritu docente.
No me queda sino dar las gracias a todo el equipo que lo ha hecho posible y añadir...
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